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Friday, January 24, 2025

Serigrafías 2025 la serie continúa

 

La serie continúa. Siempre asocié este trabajo con la idea de mujeres desnudas, etapa de estudiante, y todas las cosas que rodean esa inquietud y proceso de formación. Escenas de todos los días que a uno le gustaría vivir. Pequeñas revoluciones que no se dieron, mudanzas, departamento de soltero. Taller, materias, carreras, pasos por facultades, retornos, idas y vueltas, la adoración a los animales. 

Esa idea va a continuar. Pronto voy a enviar a hacer las películas, y las serigrafías a cargo del maestro cumby. Tenemos más de 20 películas más fondos de color que se pueden acomodar en distintas posiciones y hacer composiciones únicas. Voy a tratar de llegar a las 100 composiciones. Tal vez más. Y que sea un trabajo importante. Puede desencadenar en un libro y en varias exposiciones.

Tuesday, January 21, 2025

Cebras azules


 Cebras azules después de llegar a la número 200. El azul la despierta. Aporta la diversión que estaba perdiendo al volverse todo tan repetitivo. Apareció una velocidad que no estaba, hice 9 de un tirón. Y después, la sensación quirúrgica de mirar y pintar sin saber bien lo que va a pasar, eligiendo con cuidado pero sin pensar demasiado cada movimiento. Con despojo, como diría el maestro Boselli y algo de rebeldía también. 


Las líneas azules de la cara me llevan a las máscaras y eso me transporta al carnaval. Parece salida de un corso. 

Estudio de cebras / Número 14


 Enloquecí de remate. Me faltan 971 para llegar a mil. Esta es la 14 pero en realidad voy 29. Víctor me dice que haga mil cebras. Víctor es mi maestro, y yo aspiro a cumplirle el berretín. Llegar a las 100 está bien y es respetable. Llegar a las mil ya es distinto. Ni siquiera me animo a escribirla en números, a redactar los 4 dígitos. Ya te deja en un lugar de locura comparable con las 103 canciones de Calamaro. Es algo de lo que se podría llegar a hablar. 

Yo elijo las cebras como van gogh a los cipreses y cada vez que las dibujo pienso en eso que vincent le decía a theo. Si dibujaba 93 ciruelos le podían llegar a gustar el 87, el 91 y el 93. Bueno, tal vez, si yo dibujo mil la 999 pueda llegar a zafar, pueda llegar a ser gloriosa. 

Aparte, cada vez que dibujo una cebra me acuerdo del huracán. Entonces cada día que me levanto solo pienso en dibujar este tablero vivo de ajedrez, esta poesía invertida de cuatro patas, nada más que para no olvidarme de ella. 

Lavandas


 Del 29 de septiembre 2024 a las 12:24. 

Número 3 en pintura


Cebra número 3 en pintura. La idea es llegar a las #41. Sí, como la #41 de Dave Matthews band. 

Pintura en lo de Franco Boselli


 Gracias maestro por esa intervención 
Yo te miro de costado como en una procesión 
Gracias maestro por esa pincelada en mi cebra rayada
Por meterte en este cuadro ensayando una jugada
Ya se fue diciembre, para mi mes fértil 
Le hago gestos a febrero porque sé que sí.
Cuando vuelva, yo me muero por estar en ese atril.

Instante


Ahora sí volví de Nueva York y me siento mucho más del Río de La Plata. Durante todo el viaje en lo único que pensaba era en una chica que una semana antes de embarcar había tirado la primera y la última piedra a este desfile de sin sentidos en el que me convertí cuando se despidió sin reparos. Sólo me interesan las estrategias que nunca voy a hacer con Sofía y camperas que no me puedo comprar. Entonces me pierdo en plazas y me tiro en pastos al sol escuchando bandas que si estuviera en Buenos Aires no les daría oportunidad. Y trato de inspirarme. Todo el viaje se trata de descubrir qué es lo que voy a hacer cuando vuelva. 
Yo, volví con un berretín de cebras, camperas de cuero y canciones que desconocía. Con ganas de palmearme la espalda. 
Me invaden atardeceres de una vida que no puedo recordar. El instante del día que la conocí y mi vida proyectada. Esa que me gustaría ver cuando desangrado, me queden lentas pulsaciones antes de partir. 
Y ahí, sólo me conformo con la idea de que aparezca una cara algo desenfocada y que no sea la mía. Un abrazo de todos los que quise alguna vez. El abrazo que me dio Sofía esa vez que le regalé una flor. Quiero vivir dos veces. 

Número 2


 Primera jornada de la #2 en pintura. Hay más sentimiento. Me gusta hasta el punto de no querer tocarla pero sé que la tenemos que terminar. 

Xilografía


 Taller de xilografía con Luz Ocampo y Sergio Portabales. Octubre, noviembre y diciembre, 2024.

Washington


 Paseando por el zoológico lo que tuve claro es que el animal que más me atrajo fue la cebra. Yo siempre tuve interés por los animales, y sabía que muchos artistas la habían usado para sus composiciones, a lo largo de la historia. Le había visto algunas a Luisa, tenía muy presente la de Andy Warhol, y se me venía a la mente ‘estudio de un león’ de Landseer. Y a mí también me gustaría tener mis cebras. 

Entonces en la plaza al sol, me dije: “algo con las cebras tenés que hacer”. De algo tenía que servir esto. No hubo más opción que tomarse el subte y atravesar la ciudad para buscar la entrada del zoológico otra vez. Saqué una filmadora que me había comprado unos días antes, una cámara de fotos y mi teléfono; para captar todos los movimientos de la cebra que pudiera. El zoológico cerraba a las 5 y desde las 4 de la tarde custodié cada movimiento del animal. 

La primera idea fue el pensamiento de que tener algunas posiciones me podía servir para, a mi vuelta, hacer unas pinturas. 

A la semana siguiente en Nueva York pasé por el zoológico del Bronx, y directo a las cebras. En la tienda de recuerdos vi algunos libros de las especies que tenía el lugar. Recuerdo haber abierto el libro de cebras y adentro ver pinturas, fotografías, datos e información enciclopédica. Pero más allá de los datos, a mí me sorprendió la idea de que los artistas la hayan adoptado para su obra. Que hayan visto una cebra y no la hayan dejado pasar.

Yo, volví me tomé un avión el martes 17 y el domingo 22 de septiembre dibujé algunas como práctica para llegar otra vez a las clases de Víctor con algo de regularidad. 

Una cosa llevó a la otra, y la idea de dibujar mil. Como práctica, para acostumbrarme a dibujar con regularidad todos los días, como estudio de la anatomía animal, como estudio de mi mismo, de mi comportamiento a lo largo de esto que me había comprometido hacer, para ser testigo de la evolución (porque si la cebra 10 es igual a la número 50 me tengo que retirar) y por la curiosidad de si lo iba a poder lograr. Cumplir la promesa, con la intuición de que puede llegar a funcionar. Apropiarme también del animal, porque no creo que alguien la haya dibujado tantas veces. Porque cuando las termino de hacer tengo una sensación de tranquilidad que casi no consigo con otra cosa y porque me acuerdo que a sofia también le gustaba dibujar animales y entonces invento que son para ella. Ahí empezó el estudio de cebras.  

Zebra


 Zebra en el Bronx.

Víctor Moser


 Dibujo en lo de Víctor. A Víctor lo conocí en el 2022 en una muestra de él, a la que fui invitado por Luisa Freixas. Luisa Freixas me acompaña siendo mi maestra de arte desde que tengo 3 o 4 años. 

En el 2024 antes de dejar definitivamente la universidad de arte, pasé a visitar a todos los maestros que había tenido para que me dieran su visión sobre la decisión que creía conveniente. Luisa me dijo que estaba bien, pero que dibujara todos los días y también me mandó a lo de Víctor, que había vuelto a dar clases. 

Creo que en julio de 2024 tuve la primera clase con Víctor Moser. Salí inspiradísimo y le agradecí a Luisa. En lo de Víctor dibujamos composiciones de naturaleza muerta, retrato y modelo vivo. Yo hasta el momento pocas veces había presenciado la vida de una persona siendo vivida todos los días, dirigida a un determinado fin. Víctor vive para el arte, respira las mañanas, las tardes y las noches con un pincel en la mano y con los ojos ocupados en cada objeto que va a eternizar en la tela.

Conversación nocturna


Estoy en Europa y en lo único que pienso es en la cara de Victoria, cada vez que una alemana me mira pasar, cada vez que una persona me mira pasear. La luna entra a brillar en sueño pero no hay nada para soñar porque océanos me separan de mi vida: la que suspendí cuando me vine acá para ver cómo están las cosas. Pera la luna entra, los bares se empiezan a despertar y las bebidas inician el rito. Yo llegué el martes y ahora es jueves y me pica el cuerpo. Las mujeres del sitio resucitan la cuestión y transforman el velorio. La cocaína desfila por las mesas y la muchedumbre enloquece contra los vidrios. La música está siendo tocada. Es tarde, pero yo metí primera porque a los perdedores nadie los espera y nadie le lleva flores a los que se mueren de miedo. Entonces  el cuerpo de una mujer que desconocía hace 10 minutos que me lleva por el empedrado de las afueras del bar. Los abrazos de la niebla, los de esta chica y el existir verde de las plazas se mezclan y fabrican una escena espectacular; y yo que dije que no había nada para soñar. El cuerpo y la distancia. La inercia nos lleva y la vida nos detiene en las escaleras de la entrada donde voy a llenar mi reputación de barro. El reloj marca mi cara recién afeitada contra otra cara. Mi familia más allá, muy lejos. La sorpresa, con lo que voy a tener que vivir mañana cuando resucite el sol como cada día. Una vez escuché a alguien decir que uno se puede llegar a sorprender de lo que es capaz de soportar. 

La mesa vacía de los demás, no existen ya y estamos con la idea de que la vida es corta. Nos olvidamos casi sin entender de Victoria y de quien quiera que sea el idiota que festeja a esta mujer. 

Pero quiero volver a Victoria, que me sueña despierta desde casa con el teléfono en mano y con el pibe en la otra; Victoria: lo único que me importa. Yo tan unitario, ella tan federal. Ella tan «se ilumina todo lo que toco» y los demás tan «me hago pis encima cada vez que la veo», pero no lo sabe. Así de linda es… El pibe esperando por papá. La clase del día que la conocí. 

Pero nada de eso me conmueve en este momento, ya me corrompí. Yo acá primitivo, engañándola sin querer engañarla.
 

Recuperación de la memoria


 La primera de la serie de serigrafías mixtas. 

La perfección de la mañana


 Serigrafías de una serie empezada en 2023 y continuada en 2024. Impresor: Cumby Guiraudi. Edición: 16.

Martina a los 30

 

Del estudio de mujeres. Es el último rostro, de una serie de caras que se fue modelando hasta conseguir esta composición. Se parece a Martina Iribarren. 

Serigrafías




 Últimos trabajos del 2023, en homenaje a los falsos profetas. 

“Ella dice realidades que duelen por eso no la quieren… porque ella se levantó una mañana cuando nadie la amaba, se fue a un manicomio con bufones locos y allí se quedó en su trono de cartón…”

Cerveza profeta




En la previa del show de los profetas, con las paredes decoradas por sugerencia de Martín. 

Afiches a los profetas


 Tarde inolvidable. Serigrafías a voluntad para la banda Falsos Profetas. Prueba de sonido, camarín, show y venta de pósters. Un antes y un después en mi vida. 

Salida a la calle


 Tímida irrupción a un cartel público, para la promoción de la obra. 

Serigrafía 2023


 Los pósters de promoción, para una exposición de arte que nunca se hizo. 

Remeras



La serigrafía en 2023. Y la idea de hacer remeras. Próximamente a la venta.
 

Jardín botánico


 El 18 de noviembre del 2023 yo pasaba la tarde en el jardín botánico. De ese día, recuerda la caminata hasta ahí, y que al verme dibujar se me acercó una mujer con sus dos hijas. Y de la adrenalina que sentí al volver. Solamente por lo que costó la jornada y el cansancio justificado. 

Composición de alce atravesando línea telefónica

 

Idea de alce dentro de cuadrado, frase, texto, números. Posterior a los cuadrados en el centro. 

Producción


 Producciones que acaparaban mucho espacio. Trabajos en cantidad y de buen tamaño. De la serie de alces y líneas telefónicas. 2023.

Producción


 Tardes, días, madrugadas de producción, fijador y dejar secar los papeles. Serie de dibujos con pastel, son del año 2023.